Desde
1968 mi papá estaba trabajando en una empresa distribuidora de alimentos,
Chuma, como vendedor mayorista. En 1969 le fue propuesta la gerencia de una
sucursal en los Andes, al principio iba a ser Valera, pero finalmente fue
Mérida la ciudad seleccionada. Esta vez él se fue primero,
mientras nosotros
terminábamos el año escolar. La empresa le ayudó a cambiar la vieja Opel por
una nueva camioneta Hillman Hunter color ocre. Mientras estuvo en la Ciudad de
los Caballeros sin nosotros, vivió en una residencia estudiantil. Creo que
disfrutó mucho ese tiempo con los estudiantes de la ULA porque siempre nos
contaba anécdotas de sus travesuras.
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Catedral de Mérida |
De
manera pues, que el inicio de 1969 nos tomó sin nuestro padre en la ciudad.
Cuarto grado en el colegio seguía su curso, sin ningún problema. Daniel Belloso
Leyba, Franklin Arenas, Leonardo González, Jorge De Oteiza, mi primo Carlos
Sideregts, Hugo Nava y Giancarlo Piletti eran con quienes más tenía relación de
amistad, todos estudiábamos en la sección A, los de la sección B siempre fueron
nuestros rivales ¡hasta quinto año!, pero no era por cuestiones de competencia,
ni por nada que no fuera algo diferente a que cada grupo formó su propio esprit
de corps.
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Álbum de banderitas del mundo (mi colección) |
Estando
en cuarto grado se puso de moda un álbum de banderitas de los países del mundo,
en realidad no era un álbum, sino una hoja grande donde tenían marcados los
espacios para pegar las banderas. Eran 102, me acuerdo de la cantidad exacta
por que la 102 era la bandera de las Naciones Unidas, era la más difícil y la
que nunca pude tener. Me gustaban tanto esas tarjetitas que no las pegué en la
hoja, quería tenerlas individualmente para mí, guardarlas en una caja, ¡y esas
tarjetas aun las conservo!. Fue otro de las cosas de la vida que me fueron
abriendo la mente hacia una visión internacional, hacia una mentalidad de
ciudadano mundial.
Filatelia
Desde su juventud, mi papá era un muy disciplinado filatelista, es decir coleccionista de estampillas. Tenía todo bien organizado en álbumes y clasificadores, sin embargo todavía tenía cajas de estampillas aun sin clasificar y que yo me divertía observando y es escudriñando. Me interesó mucho el asunto y mi papá me fue explicando todo lo relativo a este singular pasatiempo, puedo decir que también me hice filatelista. Si las banderitas me hicieron volar la
imaginación, la filatelia fue un salto hacia mis deseos de
conocer el mundo y viajar por todos esos países. Recuerdo haber pasado horas y
horas revisando el famoso catálogo Iver & Thellier de la no menos
famosa Ancienne Maison Théodore Champion. Al principio
coleccionaba todo lo que me caía, hasta que mi papá me dijo que eran tantas las
estampillas del mundo que no era posible tenerlas todas, que había que
seleccionar un tema, él coleccionaba solo las estampillas de Venezuela, Brasil
y Alemania. De manera que seguí su consejo y me uní a él con el tema Venezuela.
Los álbumes los vendían hechos, pero mi papá prefería hacer el suyo, y dado que
ya no tenía tanto tiempo para eso, me explicó cómo hacerlos y luego me encargué
yo de diseñar y hacer cada página, que básicamente correspondía a una serie.
También teníamos los catálogos venezolanos con información más detallada que la
que proporcionaba el Yvert, sin embargo, seguíamos su codificación.
Usábamos una cartulina negra tamaño carta y con tinta china blanca, plumillas,
plantillas y pantógrafos, escribíamos las leyendas. Sin embargo, yo no aguanté
las ganas y
seguía coleccionando las internacionales aun cuando sabía que nunca
terminaría ninguna colección. Pero es que el solo pensar que esos pequeños
papelitos venían de sitios tan distantes, tan extraños, que me hacían estudiar
más sobre los países e idiomas del mundo. Me gustaban mucho las que venían de
la India y de las colonias británicas en África, como Tanganyika, Bechuanaland
y Zanzibar. Mi papá estaba suscrito a la revista El Eco Filatélico, que
se editaba en Madrid, y que tenía una sección de anuncios de personas que
deseaban tener correspondencia para intercambiar sellos postales, y con varios
tuve intercambio epistolar. Duré unos cuantos años como filatelista activo, y
tengo que decirlo, la verdad es que tengo muchos años sin ver una estampilla,
pareciera que el correo electrónico y las llamadas redes sociales acabó o al
menos redujo al mínimo la producción de estampillas. No recuerdo la última vez
que fui a una oficina de correos, que antaño era uno de los lugares más
visitados por mi.
Desde su juventud, mi papá era un muy disciplinado filatelista, es decir coleccionista de estampillas. Tenía todo bien organizado en álbumes y clasificadores, sin embargo todavía tenía cajas de estampillas aun sin clasificar y que yo me divertía observando y es escudriñando. Me interesó mucho el asunto y mi papá me fue explicando todo lo relativo a este singular pasatiempo, puedo decir que también me hice filatelista. Si las banderitas me hicieron volar la
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Emitida en 1891 (De mi colección) |
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De varios países (De mi colección) |
El
Club Net
Al poco tiempo de habernos mudado a nuestra casa de la calle 61A, a mi papá se le ocurrió la idea de hacernos, a Jorge y a mi, una casita de juegos en el patio de la casa, no recuerdo haberle pedido eso, y creo que Jorge tampoco, de manera que concluyo que fue su idea. En aquellos tiempos, yo había “fundado un club infantil para juegos”, al que le llamé Club Net, el nombre no significada nada, creo que estuve influenciado por el programa juvenil de televisión llamado el Club del Clan. Así pues, mi papá nos sorprendió un día diciendo les voy a hacer una casa para que sea la sede del club en el patio. Compró tablas, listones (desconocía esta palabra, la aprendí con esta actividad), clavos y demás materiales de carpintería y en un fin de semana quedó lista, tenía una solo “ambiente” con una puerta y dos ventanas. Muy buena quedó la casita de juegos, algunos años después, mi tío Monzón, que ocupó la casa mientras estábamos en Mérida, le hizo un piso de cemento, que sirvió de casa del pastor alemán de mi tío llamado Busú. Duró yo creo que más de diez años, ¡hasta que fue demolida!.
Al poco tiempo de habernos mudado a nuestra casa de la calle 61A, a mi papá se le ocurrió la idea de hacernos, a Jorge y a mi, una casita de juegos en el patio de la casa, no recuerdo haberle pedido eso, y creo que Jorge tampoco, de manera que concluyo que fue su idea. En aquellos tiempos, yo había “fundado un club infantil para juegos”, al que le llamé Club Net, el nombre no significada nada, creo que estuve influenciado por el programa juvenil de televisión llamado el Club del Clan. Así pues, mi papá nos sorprendió un día diciendo les voy a hacer una casa para que sea la sede del club en el patio. Compró tablas, listones (desconocía esta palabra, la aprendí con esta actividad), clavos y demás materiales de carpintería y en un fin de semana quedó lista, tenía una solo “ambiente” con una puerta y dos ventanas. Muy buena quedó la casita de juegos, algunos años después, mi tío Monzón, que ocupó la casa mientras estábamos en Mérida, le hizo un piso de cemento, que sirvió de casa del pastor alemán de mi tío llamado Busú. Duró yo creo que más de diez años, ¡hasta que fue demolida!.
Los
miembros del club éramos: nuestro primo Carlitos Sideregts, nuestro vecino del
frente, Gustavo Henríquez, Jorge y yo. A veces venía como invitado el vecino de
la avenida 13A, Arturo Fernández. En la casita jugábamos juegos de mesa, o
simplemente íbamos a conversar, a veces, para hacer más interesante la estadía,
nos montábamos en el techo o en la mata de caujil (anacardium occidentale)
que estaba al lado.
La
actividad más relevante de la que tengo memoria fueron los Juegos Olímpicos
del Club Net, por supuesto altamente influenciados por los recién
finalizados Juegos Olímpicos de México 68. Hicimos las medallas aplastando con
un martillo tapas metálicas de refresco (chapas), de las botellas de vidrio,
las que tenían un sello de corcho. No sé de dónde sacamos la pintura, pero
pintamos las “medallas” de oro, plata y bronce. Las competencias eran carrera
de 10 metros planos, salto largo, salto alto, la vuelta a la casa y así. Ahora
que lo pienso, todo lo hicimos sin salir de los límites de la casa, pudimos
haber hecho unos 60, 70 y hasta 100 metros planos en nuestra calle 61A, o una
“carrera de fondo” dando una o varias vueltas a la cuadra (calle 61A, avenida
13A, calle 66, avenida 14B y regresar a la calle 61A). Carlitos ganó casi todas
las competencias de velocidad, siempre fue quien más corría, también fue uno de
los mejores corredores en el colegio, como sprinter y fondista. Me
parece que él resultó el ganador de los juegos con casi todas las medallas de
oro. Yo siempre fui “maleta” en los deportes, salvo en ping pong y algo de
fútbol.
Avión
de Viasa cae sobre La Trinidad y Ziruma
El 4 de marzo Gisela cumplió 15 años, los celebró con una fiesta en nuestra casa, fue una fiesta con muchos invitados y muy animada, tal como se hacían en esa época, con algunos “sets” de música lenta, o música “bailar en el ladrillito”, y por supuesto la movida como las de la Billo’s Caracas Boys, Los Melódico y el Super Combo Los Tropicales.
El 4 de marzo Gisela cumplió 15 años, los celebró con una fiesta en nuestra casa, fue una fiesta con muchos invitados y muy animada, tal como se hacían en esa época, con algunos “sets” de música lenta, o música “bailar en el ladrillito”, y por supuesto la movida como las de la Billo’s Caracas Boys, Los Melódico y el Super Combo Los Tropicales.
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Vuelo Viasa 742, Edición de Panorama 17.03.1969 |
Pocos
días después, el domingo 16 de marzo era el día de la Verbena del colegio,
evento que se venía realizando desde hacía unos pocos años para recolectar
dinero destinado a la construcción de la escuela artesanal en el sector Los
Estanques. Mis padres participaban activamente en estas verbenas, mi mamá
haciendo comida o dulces que vendían allá y mi papá con el juego de la moneda
en el plato. Este juego consistía en lanzar una moneda a un plato de taza de
café grande que estaba en una ponchera o paila con agua, el plato flotaba allí,
y los jugadores, desde una distancia prudencial, lanzaban una moneda al plato,
si ésta se quedaba allí, se le devolvía 5 veces el valor, de lo contrario
quedaba en el fondo y sería parte de la donación para la escuela. En estas
verbenas habían muchos otros juegos, ventas de comida, postres, refrescos,
películas, rifas, bingos. Había algo que llamaban “tómbola”, uno compraba un
número que se tomaba al azar dentro de una caja, la mayoría de las veces el
papelito decía “muchas gracias por su donación”, otras veces tenía un número el
cual estaba asignado a un objeto que previamente había sido donado por los
alumnos semanas atrás y que estaban expuestos al público para animar a
participar. En este juego nos ganamos un gran termo marca Igloo, con
válvula dispensadora de líquidos, durante muchos años nos sirvió para nuestros
paseos a la playa.
Todo
iba muy bien, la verbena estaba en su punto más animado, cuando, pasadas la una
de la tarde, anuncian por el sistema de parlantes del colegio que se va a
suspender la verbena debido a un accidente aéreo ocurrido en horas del mediodía
y en el que lamentablemente habían fallecido muchas personas. Inmediatamente
hubo un silencio y seguidamente todo el mundo comenzó a preguntar y a comentar,
se corrió la voz que un avión de Viasa, que salió del aeropuerto de Grano de
Oro se estrelló al apenas despegar, cayendo como una bola de fuego sobre Ziruma
y La Trinidad, al norte de Maracaibo. Todo comenzó a recogerse, la gente se
apresuró a salir para buscar más información. Nosotros nos fuimos con nuestra
prima María de Lourdes, en su flamante Ford Fairlane 1969, a casa de nuestra
tía María en 5 de julio con calle 3F. Allí estuvimos un buen rato viendo la
noticia del accidente aéreo por televisión. Fue un DC-9 de Viasa, avión que
apenas tenía dos semanas volando, y que se dirigía a Miami. Al parecer, a la
aeronave le costó levantar vuelo por el sobrepeso y chocó con unos postes a la
entrada de Ziruma, causando que este cayera sobre las casas de este barrio y
algunas otras en la urbanización La Trinidad, murieron los 74 pasajeros, 10
tripulantes y más de 100 personas que estaban en sus casas.
María
de Lourdes nos dijo, vamos a acercarnos hasta allá para averiguar cómo están
las cosas, nos fuimos todos en su carro, la humareda se veía a la
distancia, nos dirigimos hacia la zona, pero por supuesto, era imposible acercarse,
nos dio el olor a quemado y nos retiramos. Fue una verdadera tragedia.
¡Toda
la familia a Mérida!
Tan pronto terminamos el año escolar nos mudamos a Mérida, mi papá había alquilado una casa muy bien ubicada en la avenida Urdaneta, según nos contó él, la casa no tenía número, de manera que él mismo le asignó uno, tomando en cuenta la numeración de los vecinos, midió la distancia hasta la calle 50, le dio 30 metros y mandó a hacer una placa con el 50-30, meses después, alguna instancia municipal lo cambió a 50-39, me parece extraño este asunto, pero así fue.
Tan pronto terminamos el año escolar nos mudamos a Mérida, mi papá había alquilado una casa muy bien ubicada en la avenida Urdaneta, según nos contó él, la casa no tenía número, de manera que él mismo le asignó uno, tomando en cuenta la numeración de los vecinos, midió la distancia hasta la calle 50, le dio 30 metros y mandó a hacer una placa con el 50-30, meses después, alguna instancia municipal lo cambió a 50-39, me parece extraño este asunto, pero así fue.
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Parque Tibisay, cerca de nuestra casa |
Nuestra
casa quedaba frente a un pequeño parque que tenía un mini laberinto, columpios
y “piscinas de arena”, estaba entre el parque de Los Escritores y el Parque
Tibisay. Tenía en un segundo piso un cuarto con su propio baño, el cual se le
alquiló al hermano de un amigo de mi papá que estudiaba medicina en la ULA.
Este personaje resultó ser bastante amigable y con frecuencia jugaba con Jorge
y conmigo juegos de pelota en el patio de la casa. ¡Y en el patio había una
pequeña piscina circular!, de apenas unos 60 cm de profundidad y quizás dos
metros y medio de diámetro, nosotros disfrutamos mucho de esa piscina. Había
una mata de toronjas y cuando había mucha “cosecha” jugábamos con las toronjas
en la piscina como si fueran pelotas, algunas se rompían y esparcían su jugo en
el agua, de manera que a veces parecía que nos bañábamos en una gran ponchera
de jugo de toronjas.
Abajo
había una sala, un cuarto de estudio cuya ventana daba a la avenida, un
comedor, la cocina, una especie de patio interno al cual se le había colocado
un techo para el resguardo de la lluvia y el sol, allí estaba la mesa de comer
de diario, y a veces, por las noches, entraba neblina por allí. La casa tenía
tres cuartos grandes, la de mis padres, la que usaba Gisela y la de Jorge y yo.
Pero
lo mejor de todo es que quedaba muy cerca el colegio donde nos inscribieron. Se
trataba del Colegio La Salle, nos podíamos ir caminando, ya que de la puerta de
la casa a la entrada del colegio habría unos 400 metros.
El
tiempo que pasé en Mérida fue uno de los períodos más felices de mi niñez, ¡y
eso que no queríamos salir de Maracaibo!. Un poco antes de comenzar el quinto
grado en nuestro nuevo colegio, recibimos a nuestro primo Carlitos, que vino a
pasar un año con nosotros. Eso nos ayudó a que no nos pegara tanto entrar a un
nuevo curso sin conocer a nadie.
Primeros
días en el Colegio La Salle
El colegio era muy grande, aun más que el Chiquinquirá, tenía dos inmensas canchas de fútbol, con su césped muy bien cuidado. Un buen patio interno alrededor del cual estaban los salones de clase en dos pisos. Casi todos los de primaria estaban abajo y los de secundaria arriba. Al igual que en los Maristas de Maracaibo, era de puros varones, sin embargo, precisamente ese año abrieron tercero, cuarto y quinto año cupos para muchachas. Mi hermana Gisela comenzó en tercer año, y solo eran cinco muchachas y como 40 muchachos.
El colegio era muy grande, aun más que el Chiquinquirá, tenía dos inmensas canchas de fútbol, con su césped muy bien cuidado. Un buen patio interno alrededor del cual estaban los salones de clase en dos pisos. Casi todos los de primaria estaban abajo y los de secundaria arriba. Al igual que en los Maristas de Maracaibo, era de puros varones, sin embargo, precisamente ese año abrieron tercero, cuarto y quinto año cupos para muchachas. Mi hermana Gisela comenzó en tercer año, y solo eran cinco muchachas y como 40 muchachos.
Nuestro
profesor se llamaba Gustavo, no recuerdo su apellido. Fue muy buen profesor y
con mucha sensibilidad humana. Los hermanos de La Salle todos usaban sotana con
una especie de pieza blanca que algunos por no saber su nombre le decían
“babero”, una vez le pregunté a uno de ellos por ese accesorio y me dijo, los
hermanos maristas también lo usaron hasta no hace mucho. Pues yo nunca los vi.
Al
igual que en nuestro colegio anterior, éramos como 40, pero era una sección por
grado/año, de manera que quizás el colegio era más grande en terreno, pero
menor en cantidad de alumnos. Entre los compañeros recuerdo esán Delfín Eduardo
Viera, Bottaro, Araque, Syr José Dávila, Chuecos, Kowalski, Gadler, Joseph
Davis Páez (El Tachi), Valecillos y mi mejor amigo Francisco “Pacho Pepe”
Palazzi.
En
otras entregas escribiré más sobre mis días en el Colegio de La Salle tan
querido… como dice el himno.
El
hombre en la Luna
Tomé
consciencia de la llamada carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS con
la noticia del Apolo 8. Antes de esta misión supe de las misiones Gémini, los
chimpancés en el espacio, Yuri Gagarin, Valentina Tershkova y así, pero solo
comprendí el asunto con todo el boom propagandístico del Apolo 8. Esta fue la
primera vez que una nave tripulada llegara a la Luna, sin alunizar. Esto
ocurrió en diciembre de 1968, los tripulantes fueron Frank Borman, James Lowell
y William Anders. Todo el mundo hablaba de esto, hasta en la TV dijeron que los
astronautas se habían llevado una grabación de la canción llamada Aquarius,
del grupo Quinta Dimensión:
and Jupiter aligns with Mars
then the peace will guide the planets
and love will steer the stars
this is the dawning of the age of
Aquarius
y
cada vez que escucho esta canción me acuerdo de la misión Apolo 8. Como la
novedad era que llegaron a la luna, las misiones Apolo 9 y 10 no fueron tan
comentados, pero lo que si fue noticia grande, y el tema, ¡El Tema! fue la
misión Apolo 11. Para los venezolanos tenía doble impacto: 1. Primera
vez que el hombre dejaría su huella en suelo lunar y 2. Sería la primera
transmisión en vivo, vía satélite, gracias a la flamante estación rastreadora
de satélites recién instalada en las afueras de Maracaibo (en la vía que va al
aeropuerto de Caujarito, aun no inaugurado).
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Neil Armstrong (NASA) |
Todo
lo relativo al Apolo 11 nos tomó en Mérida. La primera transmisión en vivo, vía
satélite de la televisión venezolana, fue el 15 de julio de 1969, cuando se
transmitió una conferencia de prensa dada por los tres astronautas que al día
siguiente iniciarían su histórico viaje a la Luna. El Saturno V, el gigantesco
cohete diseñado por Werner von Braun (1912-1977) y su equipo, inició su vuelo
el 16 de julio, y el 20 de julio a las 4:18 pm (hora de Venezuela, 20:18 UTC)
se posaría sobre nuestro satélite natural. Todo ese día no había más que
noticias y comentarios sobre la misión Apolo, nosotros nos reunimos en el
cuarto de arriba, con el estudiante inquilino y en su pequeño televisor vimos
el alunizaje, todos los comentarios previos eran moderados por Renny Ottolina,
que me acuerdo que dijo algo así como sería un hermoso gesto que todas las
campanas de las iglesias del país sonaran al momento de que el hombre tocara la
superficie lunar. Llevábamos rato esperando el gran evento, histórico, iba
a poder decir Yo ví cuando el hombre puso el pie en la Luna por primera vez
¡y en vivo!. De pronto hubo un silencio, se abrió la puerta del módulo
lunar, apareció Niel Armstong, comenzó a bajar por la escalerilla, fueron unos
segundos, pero pareció una eternidad, por fin dio el último brinco y entonces dijo la famosa
frase, That’s one small step for [a] man, one giant leap for mankind1.
Por cierto, no escuché las campanas de las iglesias, quizás porque no había
ninguna cerca o porque realmente no las tocaron.
Siguieron
otros viajes a la Luna, pero poco a poco el público fue perdiendo interés y
finalmente se canceló el programa con el Apolo 17 en 1972.
El
mundo en 1969
La Guerra de Vietnam estaba en escalada, la recuerdo por las noticias, sin entender mucho. Lo que sí entendía era el movimiento hippie, jóvenes que se rebelaron contra la guerra, su lema Peace and love aun se escucha. Simpatizaba con ellos, pero también llegaban a extremos con los que no podía estar de acuerdo, uso de drogas (el LSD estaba muy de moda), el amor libre, y en parte, la falta de aseo.
La Guerra de Vietnam estaba en escalada, la recuerdo por las noticias, sin entender mucho. Lo que sí entendía era el movimiento hippie, jóvenes que se rebelaron contra la guerra, su lema Peace and love aun se escucha. Simpatizaba con ellos, pero también llegaban a extremos con los que no podía estar de acuerdo, uso de drogas (el LSD estaba muy de moda), el amor libre, y en parte, la falta de aseo.
Muy
publicitado fue el Festival de Woodstock, llevado a cabo cerca de ese
pueblo en el estado de New York del 15 al 17 de agosto. Participaron artistas
famosos y no tan famosos, entre los famosos (o por lo menos los que conozco)
estaban The Who, Ravi Shankar, Joe Cocker, Joan Baez, Santana, Earth, Wind
& Fire, Neil Young, Jimmi Hendrix y Janis Joplin. En Venezuela no fue tan
fuerte el movimiento, sin embargo uno que otro hippie se dejaba ver por allí, y
la droga popular era la marihuana.
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Afiche Festival de Woodstock |
Otra
guerra terrible fue la de Biafra, esta duró desde julio del 67 a enero
del 70. Se originó porque, explicado de una forma muy simplista, la región sur
oriental de Nigeria, rica en petróleo, se quiso independizar bajo el nombre de
República de Biafra. La guerra causó una hambruna tal que muchos murieron de
hambre y enfermedades. La televisión y la prensa presentaban reportajes, más
que con énfasis en la guerra, con énfasis en los niños con sus cabezas grandes,
barrigas hinchadas por parásitos y enfermedades, y extremidades muy delgadas,
casi en el hueso. Me impactaron mucho esas imágenes, nunca se
me han borrado de la mente. Pienso que fue la primera vez que el mundo vio algo
así tan patente, ya que eran cosas que estaban pasando y los medios de
comunicación estaban mucho más desarrollados que antes de los años 60,
alcanzaban a las grandes masas. Fue algo así como la Guerra de Crimea
(1853-1856) donde por primera vez los periódicos ingleses enviaron
corresponsales de guerra y el público británico se enteró de primera mano y
con relativa rapidez, de los horrores de la guerra. Aquí en Venezuela se comentaba mucho
sobre la Guerra de Biafra, y tendría que confirmarlo, pero hasta me parece que
RCTV envió a un corresponsal a la zona para preparar un reportaje, estoy casi
seguro que fue así.
Películas
Me acuerdo de dos películas ese año, las dos las pasaron en el Cine Glorias Patrias en Mérida, una fue Chitty Chitty Bang Bang, con Dick van Dyke, muy buena película, pero lo que más me gustó fue la canción, nominada al Oscar como mejor canción original de 1968, y dice
Me acuerdo de dos películas ese año, las dos las pasaron en el Cine Glorias Patrias en Mérida, una fue Chitty Chitty Bang Bang, con Dick van Dyke, muy buena película, pero lo que más me gustó fue la canción, nominada al Oscar como mejor canción original de 1968, y dice
chitty chitty bang bang we love you,
and our pretty chitty chitty bang
bang
loves us too.
High, low, anywhere we go on chitty
chitty bang bang
We depend
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Afiche Chitty Chitty Bang Bang 1969 |
¿Y
quién lo iba a creer? ¡la película está basada en un libro de Ian Flemming, el
creador del Agente 007, James Bond.
El
dueño del cine Glorias Patrias y otros más en los Andes, era un señor amigo de
la familia, Valeriano Diez y Riega Mattera, era esposo de una prima de
mi mamá, y no solo fue amigo de mis padres, ¡sino que de nosotros también!.
Varias veces vino a nuestra casa a jugar con Jorge y conmigo futbolín, mi papá,
que también era muy echador de broma no le quedaba otra sino jugar también.
Tenía 6 hijas, según él, buscando al varoncito, y cuando lo tuvo mi papá le
dijo, supongo que vas a parar la producción, a lo que le respondió
Valeriano ¿Qué?, ¿Ahora que aprendía a hacer varones? ¡No vale!. Tuvo
otro más. El se compró una de esas camionetas Volkswagen tipo van para llevar a
toda la familia. Su esposa, la prima de mi mamá se llama Luisa. El papá de
Valeriano, también llamado así, fue uno de los primeros empresarios de cadenas
de cines en los estados Trujillo y Mérida. Valeriano nos regaló muchas veces
pases de cortesía para ir a los cines Glorias Patrias y Gran Casino en Mérida,
y para la película Chitty chitty bang bang, además, nos regaló a Jorge, a
Carlitos y a mi un modelo de hierro del carro de la película.
La
otra película es 2001 Una Odisea Espacial, de Stanley Kubrick y Arthur
C. Clarke. No pude verla en el cine esa vez porque era censura B, 14 años, y yo
solo tenía 10. Sin embargo, en Youtube ya la he visto como 4 veces.
En
la televisión
Uno
de los impactos cuando llegamos a Mérida es que solo se podía ver el Canal 2,
fue terrible para nosotros, ya que aunque veíamos algunos programas en el 2,
como Radio Rochela, el canal que más nos gustaba era el 4.
Terrible
eran los domingos, desde las 2 de la tarde hasta las 6 pm, transmitían las carreras
de caballos con el juego del 5 y 6, narradas por el eterno Alí Khan, después
venía La Feria de la Alegría con Henry Altuve de 6 pm a 9 pm, no nos
gustaba mucho, pero a veces nos lo calábamos, y luego, a las 9 pm, Cine de
Terror, ¡que no nos lo dejaban ver!, bueno a veces sí.
Esto
nos sirvió para buscar otros entretenimientos dominicales, y entre Jorge,
Carlitos y yo, no había momento en que no estuviésemos inventando algo.
Germán
Montero Alcalá
13 de Noviembre de 2017
13 de Noviembre de 2017
Notas
1 Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad. La letra “a” está entre corchetes porque hay una controversia de que si Armstrong dijo “step for man” o “step for a man”, lo correcto gramaticalmente sería “for a man”. Estando ya de regreso le preguntaron y él afirmó que dijo “for a man”, pero a los que les importa mucho esto, y saben cómo investigarlo, dicen que no lo dijo así.
1 Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad. La letra “a” está entre corchetes porque hay una controversia de que si Armstrong dijo “step for man” o “step for a man”, lo correcto gramaticalmente sería “for a man”. Estando ya de regreso le preguntaron y él afirmó que dijo “for a man”, pero a los que les importa mucho esto, y saben cómo investigarlo, dicen que no lo dijo así.
¿Llegaron a la Luna o no?
Me sorprende cómo todavía hay gente que duda si el hombre llegó a la Luna o no, nadie tiene la verdad absoluta, pero mi razonamiento es el siguiente
Me sorprende cómo todavía hay gente que duda si el hombre llegó a la Luna o no, nadie tiene la verdad absoluta, pero mi razonamiento es el siguiente
El objetivo principal de toda la misión Apolo no
fue llevar al hombre a la Luna por motivos de curiosidad científica, seguro que
para la NASA si lo fue, pero no para el gobierno de los Estados Unidos que
fueron los que financiaron el programa. El objetivo principal, no solo del
Proyecto Apolo, si no de toda la carrera espacial, fue ganarle a la Unión Soviética.
La URSS lanzó el primer satélite artificial en 1957, adelantándose a los
Estados Unidos, luego éstos enviaron al espacio uno más poderoso, los
soviéticos enviaron a un perro (Laika), los americanos dos chimpancés, los
soviéticos a un hombre (Yuri Gagarin), los americanos a dos en misiones
separadas (Alan Shepard y John Glenn), después la URSS dos hombres al mismo
tiempo, y más adelante una mujer (Valentina Tereshkova) y luego un vuelo
espacial no solamente de tres tripulantes, sino también sin trajes espaciales. La URSS comenzó su
programa Soyuz para llegar a la Luna, los Estados Unidos establecen el programa
Apolo. Finalmente el Apolo 11 pone a dos hombres sobre la superficie lunar, y
ganaron la carrera. Con todos los millones de millones de dólares invertidos en
esto, y especialmente el orgullo ¿quiénes serían los primeros interesados en
decir que los americanos no llegaron a la Luna?, los soviéticos, por supuesto, ¿y
han dicho algo?. Lo que alegan los incrédulos es que si la sombra de la
bandera, que si la huella no es verdadera, que si la radiación… ¡ya lo hubieran
dicho los soviéticos!. Seguir en esta discusión me parece una verdadera pérdida
de tiempo.