II. Los Engendrados

Mi primer impulso fue llamar a este capítulo “Los engendros”, pero esta palabra tiene un tufillo de maldad o de cosa mal hecha, pero  sostengo que esto es un capricho del idioma ya que un “engendro” debe ser sinónimo de “procreado”, de manera pues que para no ofender a nadie prefiero usar el participio pasado del verbo engendrar, esto es “engendrado”.

Sé que es algo aburrido y monótono, pero he visto algo similar en un libro muy popular y respetado1, de manera que no veo por qué no habría de escribir la lista de mis antepasados, ¡aquí va!

Juan Montero desposó a Josefa Ochoa, engendraron a José Antonio Montero quien desposó a Cistina Valbuena, quienes engendraron Juan Elecio, Olimpíades y a Luis Nicasio, este último desposó a Esther María Villalobos Ferrer, quienes engendraron a Equicio de Jesús, Adaucio de Jesús, Iraida de Jesús, Alfia de Jesús, Fidencio de Jesús, Sabás de Jesús, Valentina de Jesús, Potino de Jesús, Serena de Jesús, Fortunato de Jesús, Ciricio de Jesús y Antimio de Jesús este último se desposó con Hercilia Elena Alcalá Chirinos y engendraron a Gisela Esther, Jorge José, Héctor José y Germán Augusto (yo soy el segundo, pero para terminar la cronología conmigo lo escribo así).

Hercilia Elena, Delia, Antimio, María Eduviges, Adela Josefina
Ahora, por el lado de los Villalobos, el primer registro conocido es Francisco José Fuenmayor quien desposó a María Luisa Morales quienes engendraron a Francisca Fuenmayor Morales quien desposó a Blas Villalobos quienes engendraron a Jesús Villalobos Fuenmayor quien desposó a María Josefa Ferrer Chaves (con “s”), quienes engendraron a Esther María Villalobos Ferrer y sigue en el párrafo anterior hasta Germán Augusto.

Y por los Alcalá, aunque no he encontrado datos desde muy atrás, Miguel Ángel Alcalá desposó a Hercilia Rosa quienes engendraron a Miguel Ángel, Carmen Teresa, Hercilia Helena, Adela Josefina y María Eduviges. Hercilia Elena (Chilena) desposó a Antimio de Jesús y sigue dos párrafos arriba hasta llegar a Germán Augusto.

Conozco de manera aproximada los años de nacimiento hasta mis abuelos, en promedio mi generación nació a principios de los años 60 del siglo XX, mis padres a finales de los años 20 del siglo XX, es decir unos 35 años de una generación a otra. Mis abuelos a principios de la primera década del siglo XX, unos 20 años, y supongo que así fue desde tiempos inmemoriales, mi abuela paterna se casó a los 13 años. Esto nos lleva a que la generación de mis bisabuelos estaría a mediados de la década de los 80 del siglo XIX, mis tatarabuelos en la década de los 60 y mis trastatarabuelos como es el caso de Francisco José Fuenmayor y María Luisa Morales, en la década de los 40 del siglo XIX, la época de los Monagas.

Quizás lo que más llama la atención, al menos tal como lo escribí, son los nombres de los hermanos de mi papá, es decir, mis tíos paternos. Me parece interesante la explicación que me dio mi padre al respecto:

Estando muy tranquilo mi abuelo Luis Montero caminando por alguna de las calles de Maracaibo, cuando la policía lo capturó y se lo llevó preso a la comandancia, le imputaron unos cargos a los cuales él se negaba a aceptar, pero las autoridades no le creyeron y pasó la noche detenido, al siguiente día en la mañana, le dicen disculpe señor Montero, hubo una confusión, buscamos a otro Luis Montero. Mi abuelo luego de meditar un rato dijo ¡a mis hijos no les va a pasar esto! y les fue colocando los nombres menos comunes del santoral católicos a cada uno de los que iba naciendo, pero eso sí, todos son “de Jesús”, tanto para niños como para niñas. En el caso de Antimio, es un nombre griego que significa “florido”, en griego flor se dice anqoz (anthos).

Hay una versión que me contó Monseñor Roberto Lückert en un pequeño encuentro casual, al presentarme me dijo ah, tu eres de los Montero del señor que le puso a sus hijos los nombres menos comunes del santoral por el problema del matrimonio de su amigo. Resulta que tu abuelo Luis, tenía un gran amigo que contrajo matrimonio y no recibió la invitación para la celebración, cuando muchos amigos comunes sí la recibieron. ¿Por qué no me habrá invitado? se preguntaba don Luis,¿le habré hecho algo?. Meses después, los dos amigos se encuentran y el recién casado le dice ¿por qué no fuiste a mi matrimonio?, ¡pues porque no me invitaste!, respondió Luis. ¿Cómo que no?, ¡yo mismo la hice! y luego encontró la razón, se la habían enviado a otro Luis Montero, fue entonces cuando tu abuelo dijo “a mis hijos no les va a pasar esto!. El sentido de la anécdota es el mismo aunque difieran un poco.

A mi me hubiese gustado un nombre de estos, poco comunes, pero mi mamá no pensaba así, le gustaban los nombre no tan comunes pero tampoco tan extraños, de manera que Germán Augusto me quedé. Por cierto, mi papá quería colocarle a alguno de nosotros (los varones) el nombre de Federico, porque decía que todos los Federicos que conocía ¡tenían reales!. Pudo más el gusto de mi madre.

Germán Montero Alcalá
Agosto 2017


Notas
1 Crónicas 1:20. Yoctán engendró a Almodad, Sélef, Jasarmávet, Yéraj… Hay otras genealogías similares en la Biblia.

Adenda


Foto 1. Tarjeta de recuerdo de bautismo. Tiene un error, dice "Nací el 30 de Novimebre", pero fue el 29, ¡se quedó así!


Foto 2. Parte delantera de la tarjeta de recuerdo de mi bautismo.


Foto 1.

Foto 2

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