Trujillo y Chan Chan
13 de agosto
de 1980
Tomamos el día como de
"descanso activo", es decir, sin estrés, sin apuros y sin mucho
esfuerzo, el maratón de los días anteriores nos habían dejado exhaustos. Nos
despertamos a las 10 de la mañana, arreglamos el equipaje, sacamos cuentas,
hicimos planes y por fin a la hora meridiana, salimos de la habitación
dispuestos a almorzar en cualquier restaurante de las cercanías, pero al bajar
las escaleras vimos el comedor del hotel con todas las mesas listas, con sus
manteles, vasos y servilletitas bien dispuestas y uno que otro cliente ya
almorzando. Al ver lo agradable del sitio, José Manuel dice: ¿y por qué mejor no almorzamos aquí?, yo
respondí: porque debe ser muy costoso,
¿no ves la elegancia del lugar?, pero José Manuel replica Primero veamos los precios, si están fuera
de nuestro alcance, pues nos vamos, total, preguntar es gratis. Buen
argumento, nos sentamos en una de las mesas, vimos el menú y nos dimos cuenta
que todo era sumamente barato, ¡nos quedamos!.
Después de almorzar, y al
darnos cuenta que el hotel también tenían servicio de lavandería, y dado lo
bajo de los precios, mandamos a lavar toda la ropa, cosa que teníamos
pendientes desde Quito. Yo tenía puesta una franela que Gesualdo le había
comprado a su hermanito en Cali, ya no tenía más ropa limpia.
Plaza de Armas. Google Maps (2015) |
Salimos a pasear por
Trujillo, la primera parada fue la plaza de Armas. ¡la teníamos al frente!. Nos
habían dicho que era la más grande de Perú, en el centro tiene un monumento
dedicado a la Libertad. En esta plaza, el 29 de diciembre de 1820 se proclamó
la independencia de Trujillo. El monumento cuya estatua es obra del escultor
alemán Edmund Möller, fue inaugurada en 1929.
Quisimos ir a la Catedral,
que estaba al lado del hotel, pero estaba cerrada, como la encontramos siempre
que estuvimos en disposición de conocerla por dentro. Para no ir sin un rumbo
claro, preguntamos por la oficina de turismo, y hacia allá fuimos. Nos atendió
una muchacha muy bonita y agradable llamada Rosa Frida, luego de orientarnos y
sugerirnos sitios para visitar, le pedimos su dirección para enviarle una
postal de Venezuela, antes de salir de la oficina Gesualdo le dice No te extrañe que esta noche te vayamos a
visitar. Además de indicarnos algunos museos, nos dijo que los más
importante por allí eran las ruinas de Chan Chan donde habían uuna especie de
templos llamados huacas y la playa de
Huanchaco.
A eso de las cuatro de la
tarde nos pusimos a dar vueltas por el centro de la ciudad, no tenía nada
diferente a las demás ciudades andinas, hasta se me pareció un poco a Mérida
(la de Venezuela). Hicimos reservaciones para el vuelo Lima - Cusco. Según el
plan original lo íbamos a hacer el viaje vía terrestre, pero cuando nos dijeron
que en bus eran 36 horas y en avión solo 1 hora, no lo pensamos mucho y nos
decidimos por la vía aérea. Nos habían informado que Faucett era la mejor
opción por su buen servicio, pero no encontramos cupo en ella, así que lo
hicimos en Aeroperú.
Buscando un banco para
cambiar algunos traveler's cheques, lo encontramos y cambiamos, pero al salir
del banco, como a las cinco y media, nos dimos cuenta que estábamos perdidos en
el laberinto de calles y callejuelas. José Manuel, quien realmente era bueno
para orientarse en casi todos los lugares que fuimos durante el viaje, reconoció
que no sabía cómo regresar. Al fin encontramos la calle o "jirón"
Junín, ¡salvados! (¡claro que en el peor de los casos tomaríamos un taxi y
ya!). En la vía compramos muchas postales de Perú y afiches de Machu Picchu.
Intentamos comprar el pasaje para al día siguiente irnos a Lima, pero todas las
oficinas las encontramos cerradas. Cenamos a las ocho de la noche y luego al
hotel, en cuyas cercanías vimos estacionado un carro con placas de Venezuela,
nos quedamos como media hora esperando al dueño, pero nunca apareció, de manera
que nos fuimos a nuestra habitación, donde estuvimos como hasta las tres de la
mañana escribiendo postales.
14 de agosto
de 1980
A las ocho y media de la
mañana estábamos en las oficinas de la empresa de transporte Roggero para
comprar nuestros pasajes a Lima. Habíamos vistos ya, por la noche, los buses de
diversas compañías de transporte, y la que nos pareció mejor fue Roggero. La
salida era a las 10:30 pm, de manera que nos quedaba el día completo para ir a
Chan Chan, Huanchaco y otros sitios de interés. El pasaje a Lima nos costó 1500
soles por cada uno (5,40 dólares).
Casa Urquiaga. Google Maps (2015) |
Lo primero que hicimos fue
ir a la Casa Urquiaga, cerca de la plaza de Armas. Es ahora la sede del Banco
Central de Reserva de Perú en Trujillo y un museo donde se muestran objetos de
la cultura Chimú y de la época Colonial. Fue construida a principios del siglo
XVII, en 1619 fue destruida por un terremoto, reconstruida sobre las bases de
la original, fue comprada en 1802 por el Ayudante Mayor de Infantería don Juan
Antonio de Ochaita y Urquiaga, de allí el nombre de la casa. En 1972 la familia
Urquiaga vende el inmueble al Banco de Reserva. Recorrimos esta hermosa casa y
en el libro de visitas pude ver que había gran cantidad de europeos y
japoneses, y en él escribí: Muy bonita,
se parece a la casa de mi abuelita, ¡con rima y todo!.
De allí nos fuimos a tomar
el bus que nos llevaría a Chan Chan, encontramos la parada, cerca de allí. El
busito que nos llevó estaba bastante destartalado, podía llevar unas 15 personas.
A nuestro lado se sentó una pareja de turistas europeos que conversaban en
inglés, eran jóvenes, la muchacha (muy pecosita, por cierto), era francesa y su
compañero alemán, su idioma común era el inglés, pero como no teníamos ganas de
"machucar" el inglés, hablamos solo con ella en español. Nos contó
que llevaban seis meses viajando, no habían salido juntos, se encontraron en
algún punto del mundo y decidieron seguir viajando juntos, les pregunté hasta
cuándo estarían viajando y me respondió: ¡hasta
que se nos acabe el dinero!. Luego le inquirí ¿Y qué pasó con el trabajo?, ¿tienen unas vacaciones tan largas?,
¡qué pregunta tan tonta!, era claro que había dejado el trabajo, y otra
pregunta: ¿Qué países han visitado ya?,
respuesta: Venimos de Méjico, Guatemala,
Costa Rica, Ecuador y ahora Perú. No tardé en preguntar: ¿Y qué pasó con Colombia y Venezuela?,
les habían dicho que en Colombia habían muchos ladrones y que Venezuela era muy
cara. ¡Buéh!.
Aviso hacia entrada a Chan Chan. Google Maps (2014) |
El busito nos dejó en un
lugar de la carretera donde debíamos seguir a pie hasta las ruinas. Era una
zona desértica y el camino bastante polvoriento, a los lados ya se podían
apreciar algunas ruinas. De pronto vemos unas murallas color tierra: ¡Chan
Chan!.
Murallas de Chan Chan |
El principal edificio de
la ciudad parece ser el palacio Tschudi (1), llamado así por el botánico, lingüista,
explorador y diplomático suizo Johann Jakob von Tschudi (1818 - 1880), quien
realizó estudios sobre el idioma Runa Simi (Quechua), hierbas medicinales de
los Andes entre otros notables trabajos junto a Mariano de Rivero. El pueblo
Chimú tenía una vida centrada en el mar, el océano Pacífico está a escasos dos
kilómetros. Las grandes murallas sirvieron de protección por muchos años, sin
embargo, casi todas las construcciones están desde la base hasta la mitad
debido a la erosión eólica. Hoy en día (1980), las excavaciones siguen pero muy
lentamente, ya que al parecer el gobierno no ha dado el suficiente apoyo al
trabajo arqueológico. El pueblo Chimú fue conquistado por los incas después de
una resistencia de 14 años.
La famosa hilera de peces |
Muchas de estas
explicaciones las tomé de lo que nos iba diciendo nuestro guía, y una de los
momentos que más recuerdo fue cuando nos muestra en una pared unos peces en
sobre relieve en "fila india". Nos decía que según el arqueólogo tal
significaba que esto y aquello, pero que el científico alemán Fulano von
Talikual no puede ser porque ... teorías y teorías. Se me ocurrió que a lo
mejor fue uno de los habitantes de la ciudad que dijo: me gusta esculpir peces, me da vicio, ¿me permiten adornar la pared?,
se los hago gratis. Y se puso a hacer las figuritas sin tener en mente
ningún significado especial. Con frecuencia buscamos explicaciones complicadas
a cosas simples. Nunca se me ha olvidado esto, es quizás la principal enseñanza
de mi visita a Chan Chan, no buscarle las 5 patas al gato. En todo caso, para
los que les gusta la historia, este es un lugar que no debe ser pasado por alto
para los que tengan la oportunidad de ir a Trujillo.
Dejamos la ciudad de barro
y caminamos de regreso a la carretera principal por la polvorienta vía. Nos
fuimos directo al hotel para hacer el "check out" antes del mediodía
para que no nos cobraran un día adicional, de manera pues, descartamos la ida a
Huanchaco, donde nos había recomendado probar el cebiche, hecho a base de
pescado y picante. Como el bus tardaba mucho, comenzamos a caminar hacia
Trujillo, avanzamos unos dos kilómetros, hasta que por fin pasó un transporte,
llegamos justo a tiempo al hotel, sacamos nuestros equipajes de la habitación y
lo dejamos en recepción. Por supuesto, almorzamos en el hotel, y como prueba de
que realmente era barato, he aquí lo que comimos y el precio:
- 2 paltas (aguacates) con camarones.
- 1 crema de espárragos.
- 3 pollos horneados.
- 2 ensaladas.
- 3 Sprites.
- 2 duraznos.
- 1 helado.
Todo por 4608 soles, unos
66 bolívares (15 dólares). Si mal no recuerdo, la crema de espárragos costo
sólo 2 ó 3 bolívares.
A las cuatros de la tarde
fuimos a las oficinas de Faucett a comprar el pasaje, pero no había
disponibilidad, se habían agotado hasta varios días más allá de la fecha en que
pensábamos ir, nos asustamos, fuimos corriendo hacia Aeroperú y gracias a Dios
encontramos pasajes para la fecha planificada. Mientras comprábamos el pasaje
nos pusimos a conversar con la muchacha que nos atendía, Norma Cedeño, ella nos
dijo que el año anterior había estado en Venezuela y que todo era muy caro...
¡pero bonito!. El pasaje Lima - Cusco nos
costó 65 dólares, 3000 soles más por no ser peruanos.
A las cinco nos metimos en
el Museo Arqueológico de la Universidad de Trujillo, que queda en el Jirón
Bolívar (2). De allí salimos corriendo al correo para enviar las postales que
habíamos escrito el día anterior. Cuando ya nos faltaba poco para llegar, nos
encontramos con la "Flaca Norma", la muchacha de Aeroperú, así
"La Flaca", le decían cariñosamente sus amigos. Ella iba también para
el correo, de manera que seguimos todos juntos, pero llegamos tarde, estaba
cerrado, otra vez nos quedamos con las postales en la mano, las estábamos tratando
de enviar desde Medellí, cada vez teníamos más y más. Nos devolvimos con Norma,
quien gentilmente se ofreció a mostrarnos algunos sitios de su querido
Trujillo. Nos contó muchas historias sobre Perú y Trujillo, pasamos por la
biblioteca de la Universidad y finalmente nos llevó a probar el pisco, la
bebida nacional de Perú. Se portó muy bien con nosotros, muy servicial y
simpática, intercambiamos direcciones para futuras oportunidades y para
enviarle algún recuerdo desde Venezuela, nos despedimos como a las ocho de la noche.
Regresamos al hotel, nos acomodamos en el lobby para ver televisión hasta que
fueran las diez de la noche para ir al terminal de pasajeros y abordar el bus
que nos llevaría a Lima. Me quedé varias veces dormido "viendo" la
televisión peruana (un canal del propio Trujillo). Tal como lo teníamos
planificado, a las diez de la noche salimos para el terminal, muy cerca de
allí, abordamos el bus Roggero, como siempre en primera fila y a las diez y
treinta salimos rumbo a la capital de Perú.
Notas
(1) Los nombres que se le
dieron a los lugares en Chan Chan han sido cambiados por sus nombres originales
en idioma Chimú, así el palacio Tschudi ahora se llama Nik An (Casa central).
(2) No sé si fue un error, pero actualmente queda en el Jirón Ayacucho,
o posiblemente lo cambiaron de lugar (nota de la reedición 2019).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario